lunes, 11 de enero de 2010

Teólogas indígenas de Abya Yala



Ando lento porque tengo prisa...

Teólogas Indígenas de Abya Yala
por María Chávez Quispe
El Salvador

Hace mucho tiempo nació el sueño de conformar una red de teólogas indígenas en Abya Yala, para fortalecer nuestra voz y reflexionar sobre la especificidad de ser indígena y estar comprometida con el caminar de los pueblos indígenas en el continente.

Las mujeres indígenas somos parte de la comunidad y es al serlo que sentimos la necesidad de expresar nuestra voz específica de mujeres. Con este sentimiento y con el apoyo de organizaciones solidarias como el CMI (Consejo Mundial de Iglesias), Sabiduría y Testimonio, CETELA (Comunidad de Educación Teológica Ecuménica Latinoamericana y Caribe), WICAS (Women in Church and Society) nos reunimos el 29 y 30 de noviembre, dos días antes del VI Encuentro Continental de Teología India celebrado en el municipio de Berlín, Usulután, El Salvador.

Logramos realizar un sueño conjunto que ofrecemos a la comunidad cristiana ecuménica el regalo del nacimiento de la Comunidad de Teólogas Indígenas de Abya Yala.

Mensaje. Palabra viva de las teólogas indígenas de Abya Yala.
Nosotras mujeres de los pueblos Aymara, Quechua, Kichua, Náhuatl, Maya Quichè, Maya Kakchiquel, Qom, Kaigang, junto a hermanas que se solidarizan con nuestro proceso, reunidas en el Primer Encuentro de Teólogas Indígenas de Abya Yala con el lema “Unidas para apoyar a la comunidad” los días 29-30 de noviembre de 2009 en el municipio de Berlín, El Salvador y previamente al VI Encuentro Continental de Teología India, reafirmamos nuestra palabra:

Nos reconocemos descendientes de las culturas milenarias, herederas de las abuelas y abuelos valientes mártires luchadoras como Bartolina Sisa, Gregoria Apaza, Micaela Bastidas, Tomasa Tito, Digna Ochoa, Comandanta Ramona, Transita Amaguaña, Dolores Cacuango, que fueron asesinadas, violadas, humilladas, torturadas, desaparecidas, exiliadas por la defensa de la vida, de la tierra, de los hijos e hijas, por la justicia y derecho a la vida de los pueblos indígenas.

Somos también semilla viva de mujeres anónimas, madres e hijas, que día a día cultivaron nuestros saberes ancestrales y transmitieron la cultura de generación a generación, como Rigoberta Menchu, Rosa Ribeiro, Domitila Chungara.

Somos herederas de la historia de opresión, persistencia y resistencia de nuestros pueblos.

Nos reconocemos cuidadoras de las semillas naturales y ancestrales, cultivadoras de la tierra y de las luchas de los pueblos excluidos, generadoras y recreadoras de la vida y de la comunidad, transmisoras de la medicina natural y la sabiduría sagrada, preservadoras del equilibrio y armonía de la Pachamama, Nan Uleu, Tlalli, Pats, ‘Enauacna. Reconocemos que la espiritualidad ancestral pasa por nuestros cuerpos e integra a la familia y se expresa en el idioma, la vestimenta, los modales, la música, los bailes, la fiesta, los símbolos, los ritos, los mitos que nos dan energía para seguir en el camino.

Conversamos sobre Teología, Biblia y Pastoral desde la comprensión y experiencia de mujeres indígenas y entendimos que hay la necesidad de ampliar la manera de entender la teología, la hermenéutica bíblica y la pastoral incorporando seriamente nuestras cosmovisiones, códigos culturales, manifestaciones simbólicas, espiritualidades.

Entendimos también que hay la necesidad de rescatar los hilos rotos, quemados y tejer creativamente mantos multicolores que vayan más allá de las instituciones y nos constituyan en comunidad abierta, acogedora y hospitalaria.

Conscientes de la necesidad histórica de explicitar nuestra experiencia y búsquedas como mujeres indígenas decidimos articularnos en una Comunidad de Teólogas Indígenas de Abya Yala para solidarizarnos, acompañarnos, fortalecernos, compartir nuestra vida con sus tristezas y alegrías, sueños y esperanzas, compartir nuestras reflexiones y propuestas sobre teología indígena desde nuestra experiencia concreta de mujeres teólogas indígenas.

Cargando el sufrimiento del desarraigo, de la negación de lo nuestro, revaloramos y fortalecemos nuestra sabiduría y espiritualidades ancestrales. Viajamos de nuevo adentro y a lo profundo de nuestras fuentes para hacer frente a la depredación y asesinato del planeta, nuestra gran casa común que hoy gime con dolores de muerte.

Alzamos nuestra voz de lucha esperanzada y urgimos a la humanidad a construir y seguir paradigmas alternativos de vida a partir de nuestra vida de pueblos y cosmovisiones indígenas basados en el Suma Qamaña, Sumaj Kawsay, Ñandereko, Da Nca’alaxa ‘Enauac, Inh Fé Tupe, Xochitlalpan, Endanazaaca, Buen vivir o Vida Plena por un mundo donde quepan otros mundos.

Convocamos a las demás hermanas indígenas y hermanas solidarias con nuestra causa a unirse a nuestra comunidad. De la misma manera invitamos a nuestros hermanos indígenas y hermanos solidarios con la causa indígena a ver, escuchar y apoyar la voz y experiencia diferentes de las mujeres indígenas, a respetar nuestros procesos y a asumir nuestra palabra en la elaboración teológica, bíblica y pastoral como comunidad, con respeto y acogida.

Vislumbramos un mundo colorido, con olor a tierra húmeda, con sabores y colores diferentes.+ (PE)

(*) María Chávez Quispe. Pueblos Indígenas.
Consejo Mundial de Iglesias. mcq@wcc-coe.org

Fuente:
http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=4233

No hay comentarios:

Publicar un comentario