martes, 6 de julio de 2010

Capitalismo salvaje


por Luis Torres Rodríguez

Rebelión

La riqueza global en manos de millonarios aumentó 19% y llegó a 39 billones de dólares luego de caer más de 19% en 2008 tras la crisis del crédito que llevó a los índices bursátiles a las mayores pérdidas anuales desde la crisis de la Gran Depresión y redujo el valor de las inversiones en bienes raíces, fondos de cobertura y compañías de capital riesgo.

Después de la quiebra financiera producida en los EEUU en 2008 y la inyección del Estado norteamericano en al menos dos billones de dólares, que fueron a parar en los bolsillos de los banqueros, el número de millonarios de América del Norte creció un 17%, el segundo aumento regional más grande.

Como consecuencia de la explosión de la burbuja financiera de la especulación y la recesión en la que cayó EEUU, los demócratas pretendieron establecer un impuesto a los bancos por USD17.900 millones. El cabildeo (presión política) logró eliminar el impuesto a los bancos de su proyecto de ley de reforma al sistema financiero.

La quiebra financiera de 2008 afectó a la economía especulativa mundial, pero al igual que en EEUU, en América Latina los bancos son los primeros en recuperarse y tener descomunales ganancias.

En Chile, la utilidad del sistema bancario creció un 53,3% interanual entre enero y mayo de 2010, apoyada en un mejor margen financiero.

En Colombia, las instituciones financieras registraron una ganancia neta combinada de 2,83 billones de pesos (US$1.480 millones) durante los primeros cinco meses del año 2010, un incremento del 20% frente al beneficio del mismo período de 2009, informó el regulador bancario del país.

En Ecuador las entidades bancarias obtuvieron un repunte en depósitos del 18% frente al año pasado, subiendo 2.257 millones de dólares y alcanzando 15.008 millones de dólares. Es el mejor indicador de lavado de dinero ilícito, ya que apenas la economía real creció en un 0.33%. Siguiendo la racha de las mayores ganancias históricas, en los cinco primeros meses de 2010 obtuvieron un ingreso por intereses, comisiones y servicios, un monto de 855 millones de dólares, frente a 829 millones de dólares, en el mismo período del año anterior, lo que significa más ganancias.

Estos resultados “exitosos” de la banca son consecuencia de que otros pierden. Según datos de la ONU, más de 1.000 millones de personas en el planeta viven en estado de indigencia y no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas de alimentación. Con solo dos dólares al día, 2.800 millones de personas (casi la mitad de la humanidad), viven hoy sin los recursos elementales para subsistir en los niveles más precarios.

Pero si esto no les sorprende a los capitalista y defensores del sistema, hay otro hecho aún más brutal y descarnado que emerge del nuevo modelo de explotación y acumulación capitalista nivelado en todo el planeta: El mayor crecimiento de las fortunas personales (los multimillonarios) se produce en los países más pobres, los cuales registran niveles superiores en cantidad de súper millonarios, a los que se registran en EE.UU. y los países centrales.

Los pequeños banqueros de nuestros pobres Estados, son extraordinarios alumnos de los estafadores. La usura y el narcolavado es su profesión. Todos estos datos nos llevan a reflexionar y establecer la gran diferencia entre los banqueros y el animal. Mientras estos matan para sobrevivir y alimentarse, los banqueros matan por placer y codicia. Ninguna de las guerras en el mundo se ha dado por alimentos, se originaron por ambiciones de mayores riquezas, sin importar la cantidad de seres humanos muertos. Los desastres ecológicos que producen la British Petroleum en EEUU y la Texaco en el Ecuador, son las más brutales fotografías del capitalismo salvaje.

Luis Torres Rodríguez es presidente de Fundación Avanzar

Web: www.fundacionavanzar.org e mail: luis.favanzar@yahoo.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente: REDES CRISTIANAS

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