jueves, 3 de marzo de 2011

Las iglesias, las ONG y los gobiernos deben esforzarse en combatir el SIDA, dice el CMI.


Después de tres decenios de la pandemia del SIDA, resulta evidente que las iglesias, los organismos no gubernamentales y los gobiernos tienen que multiplicar sus esfuerzos para combatir la enfermedad y sus efectos, dijo el órgano rector central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) durante su reunión de febrero de 2011.

ALC/CMI
Ginebra, martes, 1 de marzo de 2011

El CMI, en una de sus iniciativas programáticas más eficaces, ha creado y distribuido unos 50.000 ejemplares de libros con el fin de afrontar los duros desafíos pastorales y teológicos del SIDA en África.

Después de un cuarto de siglo de llevar a cabo esta iniciativa de publicación y educación, el Comité Central CMI se refirió esta semana a “la fisonomía cambiante de la pandemia” y estimuló a las iglesias miembros a que perseveren en sus esfuerzos y hagan suya la visión del programa de las Naciones Unidas ONUSIDA: “Cero nuevas infecciones, cero discriminación, cero muertes relacionadas con el SIDA”.

El Comité Central hizo sus observaciones por medio de una breve declaración o una “nota” en la que destaca la labor de la iniciativa ecuménica sobre el VIH y el SIDA en África (Ecumenical HIV and AIDS Initiative in Africa, EHAIA), que comenzó en 2002 en el ámbito del programa del CMI sobre salud y sanación en cooperación con la Conferencia de Iglesias de toda África.

La iniciativa de publicar libros va aumentando gracias a la red de capacitación y distribución centrada en cinco oficinas regionales de África – Nairobi, Lomé, Kinshasa, Harare y Luanda –, que coordinan la formación pastoral y conectan los programas con los seminarios.

“Comprensión teológica inspirada y rigurosa”

La EHAIA es rigurosamente contextual y tiene por objeto acompañar a las iglesias y a las instituciones teológicas para que lleguen a ser "competentes en el VIH”, dice la coordinadora del proyecto Rvda. Dra. Nyambura Njoroge.

"La serie de libros”, afirmó, “aporta una contribución decisiva mediante una comprensión teológica del VIH y el SIDA, que es inspirada y rigurosa. Incluye también una capacitación apropiada de los clérigos y laicos, así como el fortalecimiento de la capacidad de las iglesias para comprometerse en la acción local encaminada a vencer los desafíos que acompañan al VIH y el SIDA”.

Entre los principales recursos de la serie cabe señalar los volúmenes que tratan del estigma del SIDA, las perspectivas teológicas de salud y enfermedad, la sexualidad y el género, programas de estudios para seminarios y los desafíos específicos que se plantean para los jóvenes, el cuidado pastoral y la política pública.

Hoy en día los jóvenes de más de 14 años representan el 40% de las nuevas infecciones de adultos en todo el mundo, y más del 90% de todas las nuevas infecciones entre los niños se registran en el África Subsahariana, según estadísticas de las Naciones Unidas.

Pese a los progresos que se realizan en la lucha contra el VIH y el SIDA, la declaración del CMI cita los nuevos problemas que plantean los niños nacidos con el VIH que se acercan a la madurez sexual, las parejas en las que uno o los dos cónyuges conviven con el VIH, y también las necesidades de millones de viudas, viudos y huérfanos.

A pesar de que el mundo ha realizado grandes progresos en la atención, prevención y tratamiento, “hay más de 33 millones de personas que viven con el VIH”, dice la declaración; esta cifra incluye a 10 millones de personas que esperan todavía un tratamiento.

Desde la primera aparición de la pandemia hace 30 años, se estima que 60 millones de personas han resultado infectadas con el VIH, de las cuales más de 25 millones han muerto. Sólo en 2008, se estima que 2,7 millones de personas resultaron infectadas con el VIH y murieron 2,0 millones de personas por enfermedades relacionadas con el SIDA, según datos de las Naciones Unidas.

Hasta ahora, la epidemia ha dejado huérfanos a más de 14 millones de niños en el África Subsahariana.

25 años estimulando la atención médica y pastoral

El compromiso del CMI en la lucha contra el VIH y el SIDA se remonta a 1986, en que varias iglesias y la Organización Mundial de la Salud se dirigieron al a la sazón secretario general, Rev. Dr. Emilio Castro, con el fin de luchar contra el estigma del SIDA que desalentaba la recaudación de fondos para la atención médica y pastoral de las personas afectadas por la enfermedad.

Los esfuerzos y las asociaciones CMI, centrados en la sensibilización y la educación, han ido creciendo mediante la edición de publicaciones, la creación de redes y la capacitación. El primer manual sobre atención pastoral apareció en 1991.

El compromiso cada vez mayor con las iglesias y las instituciones teológicas condujo a la publicación de la serie de libros y a la realización de los esfuerzos de acompañamiento de la EHAIA. Desde 2001, la Alianza Ecuménica de Acción Mundial ha asumido las responsabilidades de la tarea de sensibilización.


Fuente: Acción Ecuménica

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