miércoles, 13 de julio de 2011

EE.UU. globaliza la guerra de drones.


En la semana del 10 de julio el Washington Post, el New York Times y otros importantes periódicos estadounidenses informaron de que EE.UU. lanzó su primer ataque con misiles utilizando un vehículo aéreo sin tripulación (drone) dentro de Somalia.

Los Drones habían sido utilizados anteriormente en el país en su capacidad original, para vigilancia, incluida la identificación de objetivos para ataques con bombas y misiles, y uno fue derribado en octubre de 2009. Pero como informó el Guardian británico el 30 de junio, el ataque en Somalia marcó “la expansión de la campaña sin pilotos a un sexto país”, ya que aviones con control remoto ya habían sido empleados con efecto letal en Afganistán, Iraq, Pakistán, Yemen y más recientemente en Libia.

La descripción corresponde al informe E 473 del IADEG (Instituto Argentino Estudios Geopolíticos) donde se notifica que la BBC News informó sobre la propuesta de transferir aviones drone por parte de EE.UU. a sus Estados clientes militares Uganda y Burundi para la guerra en Somalia, ya que entre ambas naciones tienen 9.000 soldados involucrados en operaciones de combate contra insurgentes antigubernamentales en la capital somalí, Mogadishu.

El primer día de julio, el New York Times escribió que “EE.UU. se ha estado basando sobre todo en fuerzas por encargo en Somalia, incluidos mantenedores de la paz de la Unión Africana de Uganda y Burundi, para apoyar al frágil gobierno de Somalia. El Pentágono está enviando cerca de 45 millones de dólares en suministros militares, incluyendo equipos de visión nocturna y cuatro pequeños drones sin armamento, a Uganda y Burundi, para ayudar a combatir la creciente amenaza terrorista en Somalia. Durante la invasión etíope de Somalia en 2007, agentes clandestinos del Comando Conjunto de Operaciones Especiales del Pentágono iniciaron misiones hacia Somalia desde una pista de aterrizaje en Etiopía.”

Con anterioridad, el 3 de junio, The National, un importante periódico en los Emiratos Árabes Unidos, informó sobre la escalada de mortíferos ataques de drones estadounidenses en Yemen, al otro lado del Golfo de Adén desde Somalia. El periódico citó a un funcionario en el Ministerio de Defensa yemení quien afirmó que EE.UU. había lanzado más de 15 ataques de drones en el país en las primeras dos semanas de junio.

El diario también mencionó al vicegobernador de la provincia Abyan, Abdullah Luqman, quien criticó los ataques y declaró que: “Los que están siendo muertos son gente inocente. Por lo menos 130 personas han sido muertas en la última quincena por drones estadounidenses.”

Una consecuencia, según el Comité de Observación creado para evacuar residentes locales, fue que “más de 40.000 personas han abandonado la provincia Abyan por temor a los ataques de drones”. EE.UU. estaría convirtiendo Yemen en otro Pakistán. Ente otras acción establecería una nueva base aérea en el Golfo Pérsico desde donde pueda intensificar ataques de drones en Yemen.

Los ataques con misiles de drones en Pakistán, que causaron una cantidad récord de muertes –más de 1.000– el año pasado, son realizados por la División de Actividades Especiales de la CIA, cuyo último director fue el nuevo secretario de defensa, León Panetta, una transferencia que anuncia una intensificación aún mayor de los mortíferos ataques dentro de la nación surasiática.

El 5 de junio, el 40º ataque de drones del año mató a por lo menos seis personas en Waziristán del Sur en las Áreas Tribales bajo Administración Federal de Pakistán, aumentando la cantidad de muertos de este año a por los menos 350.

A fines del pasado mes, el gobierno paquistaní ordenó que EE.UU. desocupe la Base Aérea Shamsi, en la provincia de Baluchistán, que había sido utilizada para ataques con drones dentro de la nación. Mientras tanto, Washington ha transferido esas operaciones a las bases aéreas actualizadas en Afganistán, cerca de la frontera paquistaní. Un reciente sondeo realizado por el Pew Research Center estableció que solo un 3% de los paquistaníes apoya los ataques con drones en las áreas tribales del país.

También comenzó a utilizarse el drone Reaper, británico, catalogado como el drone más letal del mundo y que “marca el cruce de un umbral aciago” Piloteado a distancia, cazador asesino – gran aguante, alta altitud– puede ser equipado con quince veces la cantidad de armamento y volar a tres veces la velocidad del Predator utilizado en Iraq, Afganistán, Yemen, Somalia y Libia.

EE.UU. ha utilizado Reapers en Iraq desde 2008 y en Afganistán desde el año siguiente. Hacia fines de 2009, el Pentágono envió Reapers a la nación isla africana oriental de Seychelles junto con más de 100 militares.

Analistas internacionales acuerdan de que EE.UU. expande la guerra de drones y aumenta sus ataques contra milicianos en Medio Oriente, pero la creciente cantidad de muertes de civiles en los ataques ha provocado la cólera pública, y la preocupación de que la acción esté incrementando la cantidad de reclutas extremistas.

Se fundamenta que “En Pakistán los ataques de drones de la CIA apuntan a los terroristas pero terminan por matar sobre todo civiles. La indignación pública crece. El odio y la cólera fomentan más terror”. “Washington ve ahora a Yemen como el puesto avanzado más peligroso de al-Qaida, planifica el aumento de los ataques de drones en el país, y establece una base en el Golfo Pérsico hecha específicamente con esa intención”.

Una de las probabilidades es que “los estadounidenses tengan más libertad de hacerlo solos, y que la CIA tome un rol central” dado que la agencia no tiene que rendir cuentas, los militares de EE.UU. están legalmente ocultos por lo que se podrá esperar que más bombas caigan sobre Yemen.

Una de las preocupaciones es que “con la expansión de la guerra de drones, parece que EE.UU. busca solo una solución con misiles para combatir a al-Qaida” lo cual reafirmaría la opción de establecer hechos irreversibles, como el asesinato de Al Qaeda, para lo que “no tienen que tomar en cuenta la voz de la nación que están bombardeando y no hacerse responsable de la muerte muertes de civiles. En el nombre de combatir el terror fomenta el terrorismo”

El analista Denis Fedutinov dijo a Voice of Russia, el pasado mes, que “EE.UU. ya utilizó drones en la campaña de los Balcanes, luego en Iraq y en Afganistán y ahora en Libia. EE.UU. e Israel son los líderes del mundo en drones. Ahora EE.UU. tiene varios miles de drones de diferentes clases.”

Glenn Walters, brigadier general del Cuerpo de Marines de EE.UU., en una conferencia del Instituto de Defensa y Avance del Gobierno informó que hace diez años EE.UU. tenía 200 drones en su arsenal, pero que en 2010 esa cantidad había aumentado a 6.000 y que el año siguiente serán 8.000. Un aumento de 1×40.

En esa estrategia se incorporó un paso crucial al transferir el control de la guerra contra Libia del Comando África de EE.UU. a la OTAN, el 31 de mayo. De esa forma el gobierno de Obama se proponía, entre otras cosas, no tener que rendir cuentas al Congreso (y a la ley federal) bajo las provisiones de la Resolución de Poderes de Guerra de 1973.

En un informe al Congreso Obama sostuvo que “las operaciones de EE.UU. no involucran combates continuos o intercambio activo de fuego con fuerzas hostiles, ni involucran tropas terrestres de EE.UU.” Lo que quiere decir que, mientras no corra peligro personal militar estadounidense no es una guerra.

La cadena s fortalece con declaraciones como la del general Carter Ham, jefe del Comando África de EE.UU., quien afirmó que “una ley patrocinada por los republicanos que bloqueara los ataques de drones Predator estadounidenses en Libia afectaría a la alianza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte” Predijo que “la OTAN no podrá reemplazar algunas misiones cruciales de EE.UU., incluidos los ataques de drones y ataques para neutralizar defensas aéreas de Libia que amenazan a los aviones aliados, si se hicieran los recortes en el financiamiento propuestos”.

En los primeros días de la presunta guerra se lanzaron más de 200 misiles crucero contra Libia, según informó el New York Times el 21 de junio.

En un caso raro de disenso con la política bélica de la Casa Blanca, el New York Times publicó el mes pasado lo siguiente: “Jack L. Goldsmith, quien dirigió la Oficina de Consejo Jurídico del Departamento de Justicia durante el gobierno de Bush, dijo que la teoría de Obama establecería un precedente que ampliaría los poderes de hacer la guerra sin autorización de futuros presidentes, especialmente en vista del aumento de la tecnología de combate a control remoto”

Además citó directamente a Goldsmith: “La teoría del gobierno implica que el presidente puede librar la guerra con drones y todo tipo de misiles mar adentro sin tener que preocuparse por los límites de tiempo de la Resolución de Poderes de Guerra”.

Ni los misiles crucero, ni los vehículos aéreos sin tripulación equipados con misiles Hellfire tienen pilotos a bordo, de modo que las vidas de los militares de EE.UU. están seguras mientras paquistaníes, afganos, libios, iraquíes, yemeníes y somalíes son despedazados por ataques de EE.UU. (PE/IADEG)

Fuente: APIA VIRTUAL

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