jueves, 1 de diciembre de 2011

Mensaje de las organizaciones basadas en la fe con servicio en VIH para el Día Mundial del Sida 2011.



Nosotros y nosotras, miembros de diversas organizaciones y comunidades cristianas de Venezuela, en un ambiente de diversidad y ecumenismo, interpelado/as y animado/as por la realidad de estigmatización y discriminación de las personas con VIH y sida y otros grupos vulnerables;
el caminar que otras organizaciones sociales y religiosas han desarrollado en la promoción y defensa de los DD.HH de estos grupos; y, fundamentalmente, la fe en Jesús de Nazaret, presente en la realidad de sus vidas, y en su evangelio escandaloso de justicia e inclusión; queremos comunicar a los miembros de las distintas iglesias y/o comunidades de fe, a los grupos activistas en DD.HH en VIH y sida y a la sociedad en general, nuestra disposición y compromiso de participar en ese caminar que muchas personas y grupos en el mundo ya han iniciado en la construcción de sociedades más justas, inclusivas, libre de estigmas y discriminaciones.
En consecuencia:
1.       Valoramos el camino de lucha que muchas organizaciones y grupos han realizado por la creación de espacios sociales donde a las personas afectadas por el VIH le sean reconocidos y respetados sus derechos, el cual ha sido un itinerario lleno de logros, obstáculos, esperanzas, sudor y lágrimas, en el que muchas personas han entregado la vida para que otras tengan vida.
2.       Reconocemos que nuestra participación como comunidades de fe en ese camino se ha dado de manera tímida y, en la mayoría de los casos, ausente. En otras palabras, nuestros ámbitos han cerrado el espacio para acompañarles y animarles. Nuestros paradigmas y prejuicios, nuestras propias prácticas de estigmatización y discriminación  nos han llevado a mantenernos al margen de sus luchas y hasta condenadores de las mismas. En tal sentido, reconocemos que no hemos sido fieles al Jesús de nuestra fe. No nos hemos atrevido a contemplar la realidad de discriminación y exclusión que viven las personas con VIH y sida desde su mirada y, por tanto, no hemos continuado en el presente su práctica escandalosa y liberadora.
3.       Por tanto, nos disponemos a sumarnos en ese camino por el reconocimiento, la defensa y la reivindicación de sus derechos, teniendo a Jesús de Nazaret como nuestro referente teológico, a través de quien miramos,  sentimos y participamos en esa  realidad.
4.               Nos comprometemos, en tal sentido,  a:
Formarnos como comunidades de fe en la cultura del VIH y la Diversidad Sexual, rehaciendo nuestra práctica teológica y pastoral desde la inclusión (Juan 3,3).
Acompañar sin prejuicios a  las personas que viven con VIH y a otros grupos vulnerables, desde una escucha activa y constante, reconociendo su dignidad humana (Marcos 10, 51).
Crear espacios en nuestras iglesias para la formación, atención y acompañamiento de las personas afectadas por el VIH desde la práctica inclusiva de Jesús (Lc 8, 1-3; Jn 4, 1-27; Hch 8, 26-40).
Formar redes de apoyo con colectivos que trabajan en VIH y Diversidad Sexual, para articular esfuerzos orientados a  la promoción y defensa de los derechos humanos, basados en los principios de corresponsabilidad, sinergia y complementariedad (Mc 9, 38-40).
 Vincularnos con instituciones educativas (escuelas, liceos y universidades) en el desarrollo de actividades de formación en VIH: prevención y atención, Derechos Humanos, Diversidad Sexual… (Mt 5, 1-12)
Romper el silencio y alzar nuestra voz ante las diversas situaciones de discriminación a los grupos vulnerables  (VIH y GLBTI) que acontecen en el día a día, practicando el anuncio y la denuncia desde la perspectiva inclusiva de  Jesús (Mc 2,27; 3, 1-6).
Organizar celebraciones ecuménicas por el Día Mundial del Sida anualmente (Lucas 14, 15-24).
Realizar contraloría social de los programas y acuerdos en materia de derechos humanos en VIH y sida asumidos por las instituciones del Estado y de las comunidades de fe a nivel nacional e internacional (Lucas 20, 9-19).
5.     Estos compromisos los asumimos desde la fe y la esperanza, porque creemos en el Dios de la vida. La muerte no es el horizonte que define la realidad de las personas afectadas por el VIH y sida. Nuestra pastoral inclusiva pretende promover proyectos de vida, y de vida en abundancia (Juan 10,10).
Acción Ecuménica y Organizaciones Basadas en la Fe con Servicio en VIH de Venezuela

No hay comentarios:

Publicar un comentario