jueves, 12 de enero de 2012

Inquisición: Caso Ferrer.






Caso Ferrer. Artículo en El País.

El artículo publicado en El País, Madrid, firmado por Alejandro Rebossio, fue el toque para que la noticia de que el Vaticano censuró un libro del pastor metodista argentino Pablo Manuel Ferrer diera la vuelta al mundo. PE/Ecupres tuvo la información por un correo enviado por Carlos Iaquinandi desde SERPAL.

El Santo Oficio veta un libro sobre familias diversas.
Por Alejandro Rebossio.
Buenos Aires.

Una editorial católica argentina se lo encargó a un pastor evangélico - "La sexualidad es un deseo válido"

El antiguo Tribunal del Santo Oficio, la Inquisición, ha mandado silenciar una obra sobre sexualidad y sobre la diversidad de las familias escrita por un pastor evangélico argentino y publicada por una editorial católica del país sudamericano.

El prefecto de la que ahora es Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal norteamericano William Levada, envió el pasado 5 de noviembre una carta a la editorial San Pablo en la que le advertía de que este libro contenía "opiniones contrarias a la doctrina de la Iglesia acerca de la sexualidad" y pedía "remediar cuanto antes tal situación, que es causa de confusión entre los fieles". La editorial retiró a finales de noviembre todos los ejemplares de los comercios, eliminó el libro de sus catálogos y prohibió su promoción en sus publicaciones.

El libro se llama Parejas y sexualidad en la comunidad de Corinto y es del pastor evangélico argentino Pablo Manuel Ferrer. Había sido publicado por la editorial San Pablo en 2010 para iniciar una colección ecuménica sobre temas bíblicos. Por eso se invitó a teólogos de otras iglesias a participar.

"Cuando me convocaron a publicar un libro me extrañó, pero me pareció muy interesante el planteamiento ecuménico", relata Ferrer. El pastor tenía en mente escribir un libro sobre parejas y sexualidad "porque Jesús abrió nuevas posibilidades". Tenía reparos de que la editorial le cambiara algún contenido: "Yo pensaba que si me tocaban una coma no lo publicaría, pero publicaron todo tal cual... Me pareció interesante que un espacio católico abriera el juego. La lectura bíblica tiene una diversidad de interpretaciones. La tuvo al momento de escribirse. La Biblia no es homogénea", dice.

El libro se publicitó en una hoja que se reparte todos los domingos en todas las iglesias católicas de Argentina y a partir de allí alguien elevó la denuncia al Vaticano. Ferrer no sabe qué contenido de su libro disgustó al cardenal Levada, pero lo imagina. La obra no se refiere a la homosexualidad, al aborto o a los anticonceptivos sino a la diversidad en las familias y a la aceptación del deseo sexual. "Mi libro habla de la sexualidad como un deseo válido", explica el pastor, que se refiere a la carta de San Pablo a los corintios en que se admite la diversidad de familias.

"Mi libro puede haber provocado ruido porque digo que la familia integrada por papá, mamá e hijo es una de las posibles construcciones familiares", se explaya Ferrer. Cuando su libro fue retirado de las librerías, el pastor se sorprendió: "A mí el cardenal no me puede hacer nada, pero si fuese un sacerdote, debería dar explicaciones". + (PE/El País/Serpal)
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Fuente: Ecupres



Caso Ferrer. Carta de Andrea Hojman.



Andrea Hojman es Directora de la colección “Senderos bíblicos” de la Editorial San Pablo, donde se editó Parejas y sexualidad en la comunidad de Corinto, el libro de Pablo Manuel Ferrer que fue censurado por la Congregación para la doctrina de la Fe de la Iglesia Católica Romana. En el mes de diciembre de 2011, Andrea Hojman dio a conocer una honesta y valiente carta donde comparte los sentimientos que la inundaron cuando tuvo que explicarle a Ferrer lo que estaba ocurriendo y detalla como fue el desarrollo del proceso que culminó con la retirada de los libros de los lugares de comercialización y del catálogo de la editorial. 

Buenos Aires, diciembre de 2011

“Nueva” censura.

Una mezcla de extrañeza, dolor, absurdo, vergüenza... fue lo que sentí cuando, como directora de la colección “Senderos Bíblicos” (editorial San Pablo), tuve que explicarle a Pablo Ferrer, pastor metodista y autor de uno de los libros, que los giros a la derecha de la iglesia católica le afectaban también a él.

Una denuncia, a las que últimamente nos venimos acostumbrando, provocó una cadena de cartas que exigen el silencio. Como ven, no pacto con eso. He aquí el motivo de este pequeño escrito.

Una reconstrucción de los hechos.

El Card. William Levada, prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, envió una carta con fecha 5 de noviembre de 2011 al superior general de la Sociedad de San Pablo, Don Silvio Sassi, señalando dos libros que, curiosamente, contienen en su título la palabra “sexualidad”.

El Card. sostiene que “contienen opiniones contrarias a la doctrina de la Iglesia acerca de la sexualidad” y pide que “pudiese remediar cuanto antes tal situación, que es causa de confusión entre los fieles, e informar a este Dicasterio en relación a las medidas tomadas”.

La medida se basa en una información recibida. El informante obviamente permanece en secreto, pero señala como fuente escrita “el semanario litúrgico El Domingo”. Otro absurdo...

Efectivamente, en la importante publicación semanal de El Domingo del día 17 de abril de 2011 aparecía esta publicidad de nuestro libro:

“Parejas y sexualidad en la comunidad de Corinto. Pablo Manuel Ferrer. Las comunidades cristianas que se expresan en el Nuevo Testamento fueron espacios de búsqueda y debate. La Primera Carta a los Corintios refleja la memoria y las ideas de un grupo de cristianos y cristianas, sus problemas y los modos en que los afrontaron pastoralmente. Un tema fue la forma de vivir en pareja, porque Jesús abrió nuevas posibilidades.”

A menos de veinte días de recibir el pedido del Card. Levada, con fecha 22 de noviembre, el superior general de la Sociedad de San Pablo, Don Silvio Sassi, envía otra carta, esta vez al superior provincial de la misma congregación, P. Agustín Pedro Cortés García, recordando un encuentro previo entre ellos (entre el 5 y el 22 de noviembre) en los que acordaron las siguientes acciones respecto del libro:
- retirarlo de los comercios 
- omitirlo en los catálogos
- prohibir la publicidad en las publicaciones de la Sociedad de San Pablo

Así fue como el libro desapareció de las librerías San Pablo en la Argentina horas después...

Esta sucesión de acontecimientos merece una lectura. Ante mi mirada se presentan cuatro aristas interpretativas. Cada lector -y espero que así sea- podrá sugerir otras.

Silencio y desaparición.

Esta cadena de cartas que llaman al silencio y obligan a la desaparición no hace más que recordarme los años de terror y oscuridad que vivimos en Argentina durante la última dictadura cívico-militar-religiosa. El aparato del Estado, ocupando toda su maquinaria represiva, real y simbólica, en el silencio y la desaparición de cuanto consideraba extraño a su doctrina y amenazante de su “orden”.

En este caso, un aparato de control ideológico capaz de cruzar continentes, persuadir epistolarmente y hacer sentir la autoridad sobre las conciencias.

Es lo que vi -o lo que no vi- cuando en los estantes de la librería San Pablo encontré la colección con todos sus títulos ordenados y, entre ellos, en el medio, un espacio vacío, donde antiguamente se encontraba el libro de Pablo Ferrer. El libro es sometido a un exilio forzado o a vivir clandestinamente en las bibliotecas de los que se animen a seguir pensando en libertad. 

Seguramente quienes detentan el control ideológico de la iglesia católica entenderán que sus recursos provienen de parámetros de otro orden, que no coinciden con las democracias civiles, y pretenderán perpetuar los escenarios de doble estándar.

Pero en la Argentina, donde se publican estos libros que los incomodan, vivimos en democracia.

Ecumenismo para pocos.

El proyecto de la colección “Senderos bíblicos” fue pensado como un espacio ecuménico de exégesis y reflexión en torno a temas bíblicos. Ser un espacio ecuménico implica atreverse a la alteridad. A que cada participante del diálogo pueda, mediante la expresión libre, sincera y en igualdad de condiciones, constituirse en un “otro” capaz de interpelar las distintas identidades, para aproximarse juntos a una verdad que siempre trasciende.

La colección quiere sumarse a los distintos esfuerzos ecuménicos, ofreciendo un canal de expresión, mutuo conocimiento y enriquecimiento en la diversidad. No parece necesario explicar que, cuando el autor de uno de sus títulos no pertenece a la iglesia católica, es esperable que no coincida en muchas de sus doctrinas y opiniones. Y es signo de buen ecumenismo correr el riesgo de la alteridad.

El Card. Levada parece no coincidir. Y como el autor del libro es inmune a las censuras de su dicasterio, el recurso fue censurar a la editorial. Así se cierra un camino más de diálogo ecuménico.

El ecumenismo, al que llegó tarde la iglesia católica, por estos tiempos se retrotrae aun más. Es pregonado desde medios oficiales, pero parece posible sólo bajo algunas condiciones: relaciones entre dirigentes que, en muchos casos, no pasan de actos puramente diplomáticos; o alianzas entre los sectores más conservadores de diferentes iglesias y comunidades religiosas. Estas dos se presentan como formas loables de ecumenismo. Una colección de pequeños libros no corre la misma suerte.

La fe de los fieles.

La colección “Senderos bíblicos” fue pensada como un aporte a la formación bíblica, que conjugara un alto nivel académico con un formato accesible, tanto en su costo como en su lenguaje y estilo.

Ya en otros casos de censura la propia oficialidad eclesiástica ha expresado que el “problema” radica en que este tipo de análisis exegético se difunda a un amplio público.

La categoría utilizada por el Card. Levada en su carta, “la fe de los fieles”, que es susceptible de tan fácil confusión implica, por un lado, un distanciamiento por parte del sujeto de la enunciación de esa misma fe y, por el otro, una subvaloración escalofriante.

Debates como en la Escritura.

La Sagrada Escritura es un testimonio vivo de debates teológicos y relecturas, en la que podemos tener acceso a diversas opciones y tomas de posición, frecuentemente opuestas y en franca contradicción.

Si un libro es fuente de conflicto para algunos, ¿por qué no seguir el ejemplo de la Escritura? ¿Por qué no sentarse dignamente a la mesa del diálogo? ¿Por qué no publicar otra obra para discutir en los mismos términos y condiciones, en lugar de tomar el arma del poder para hacer callar?

Andrea Hojman

Directora de la colección “Senderos bíblicos” + (PE)
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Fuente: Ecupres

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