domingo, 7 de julio de 2013

Los católicos de Vietnam le rezan a un marine muerto en su guerra: el padre Capodanno.



La Iglesia es tan universal en la comunión de los santos como en el espíritu de reconciliación que promueve entre hermanos. Aunque estuviesen -al menos sus países- en trincheras diferentes. Por eso el obispo de Da Nang (Vietnam), Joseph Chau Ngoc Tri, no ha dudado en desafiar a las autoridades comunistas de su país y ofrecer una misa por un marine de los Estados Unidos caído en acción durante la guerra que enfrentó a ambos países, y proponerlo además a los católicos vietnamitas como intercesor en el cielo.

Tres policías vigilando

Cierto que se trata de un capellán, el padre Vincent Capodanno (1929-1967), neoyorquino, misionero de la congregación de Maryknoll, pero para el gobierno de Hanoi esa condición no es un atenuante. 

De hecho, la Policía "visitó" a monseñor Tri cuando se anunció la misa en la catedral, el pasado 14 de junio, en el 55º aniversario de la ordenación sacerdotal del padre Capodanno. Y tres agentes de policía vigilaron la ceremonia, a la que asistieron unas quinientas personas entre norteamericanos y vietnamitas. No querían que durante el acto se mostrase ninguna fotografía que mostrase emblemas de la Navy ni escenas del campo de batalla. 


Monseñor Tri junto al cartel conmemorativo de un capellán condecorado que un día puede ser santo: el padre Vincent Capodanno.

Pero es que el padre Capodanno se lo pateó a fondo. Tras ordenarse sacerdote en 1957, había estado destinado como misionero en Taiwán y Hong Kong. Cuando se incrementó la presencia norteamericana en el sudeste asiático solicitó el ingreso en los Marines como capellán. Fue enviado a Vietnam en 1966 y se reenganchó al finalizar su reemplazo.

Un héroe en acción

Como cuenta National Catholic Register, el 4 de septiembre de 1967 su unidad (formaba parte de la 1ª División de Marines) se encontraba en Quang Tin, en el valle de Que Son, cerca de Da Nang, cuando fue rodeada por fuerzas norvietnamitas superiores. El padre Capodanno tuvo que emplearse a fondo para atender a los heridos y ofrecer los últimos auxilios espirituales a los soldados que caían uno tras otro.

El buen sacerdote "abandonó el puesto de mando, relativamente seguro, y corrió por un área descubierta y bajo el fuego enemigo. Sin consideración al intenso fuego enemigo, se movió por el campo de batalla administrando la extremauncion a los muertos y prestando ayuda médica a los heridos", cuenta el informe. que sirvió para concederle en 1969 la Medalla de Honor del Congreso (máxima condecoración militar estadounidense). 

Fue entonces cuando fue reclamado por un último marine desde una zona batida sin piedad por los charlies. Acudió en su ayuda "en la línea directa de fuego de una ametralladora enemiga situada aproximadamente a 15 metros para asistir al miembro del Cuerpo mortalmente herido. A pocos centímetros de su objetivo, cayó bajo una ráfaga". El expediente cita su "conducta heroica" e "inspirador ejemplo" al "dar su vida gallardamente" como razones de la distinción.

Sólo unos días antes le había escrito a sus superiores para renunciar a un permiso de treinta días que le esperaba a principios de diciembre: "Quiero estar con mis hombres para Navidad y Año Nuevo".

El obispo Tri, en el territorio de cuya diócesis murió el padre Vincent y donde por tanto se abrió en 2002 el proceso de beatificación, se ha comprometido a decir esta misma misa cada 14 de junio.Y hablará del padre Capodanno al Papa Francisco cuando le rinda en 2014 la correspondiente visita ad limina.

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