jueves, 15 de octubre de 2015

Actitudes idolátricas.



Hay otras idolatrías en las que podemos estar cayendo, aun cuando estemos en iglesias sin imágenes ni ídolos de leño.


DE PAR EN PAR AUTOR Juan Simarro 

No. No se es ahora tan combativo en el campo evangélico contra la idolatría como cuando yo era niño. Entonces, recuerdo que en el ámbito de mi iglesia se veía el entorno católico como idólatra porque tenía imágenes de barro o de madera a las que adoraban. Jamás un evangélico se hubiera arrodillado ante ellas aunque le costara la vida. Sí, así era el concepto de idolatría de los evangélicos. Un concepto basado en la propia Biblia que dice que lo mejor de estas imágenes para nada es útil. Sí, este es el concepto de idolatría totalmente vivo que se tenía en todo el campo evangélico en general en nuestro país. 

Hoy se sigue pensando igual, pero ya no hay esa virulencia con la que se defendía la adoración al Dios vivo sin mediación de imagen alguna. Es el concepto de idolatría que nosotros pensamos que es correcto, pero que ha perdido fuerza en la controversia actual. ¿Es bueno que este concepto haya pedido virulencia? Yo creo que sí, porque la idolatría va mucho más allá que el hecho de hacer ídolos que no ven ni oyen o inclinarse ante imágenes de barro o leño. La idolatría no se da sólo en temas o entornos relacionados con el ritual cúltico. No, no. Hay que superar esa concepción aunque tenga sus connotaciones idólatras. Tampoco se da sólo en el terreno de la práctica religiosa, del ritual. 

Hay otras idolatrías en las que podemos estar cayendo, aun cuando estemos en iglesias sin imágenes ni ídolos de leño. Existen otros tipos de idolatrías, otras situaciones idolátricas tan graves o más que el inclinarse ante imágenes que ni ven, ni oyen, ni entienden. Quizás, muchas más veces de las que nos imaginamos, estemos cerca del peligro idolátrico. Podemos convertir en ídolo al dinero, en dios al prestigio, en nuestro señor al que servimos a la escalada social y muchas más cosas de la realidad temporal y terrenal que, en nuestra inclinación idolátrica, somos capaces de intentar divinizarlas alejándonos del Dios de la vida. 

Hay corazones idólatras incluso entre personas religiosas que, desgraciadamente, muchas veces viven como los que no tuvieran esperanza. Sí, es verdad. Los evangélicos no nos inclinamos ante imágenes de barro. Nadie nos puede achacar esa idolatría. Decimos y confesamos que nuestro único Dios y Mediador es Jesucristo. No hay mediación posible a través de imágenes sordas. Totalmente correcto, pero cuidado con esas idolatrías que parten del corazón y que no se traducen en genuflexiones externas ante ídolos de palo. 

El hombre puede caer en idolatrías más internas aunque no se traduzcan en el ritual idolátrico externo. ¿Qué se ve como idolátrico entre los que trabajamos entre los pobres? Vemos y comprobamos esta idolatría que es divinizar las posesiones de este mundo, postrarse ante el dios dinero, coquetear con el dios Mamón en lugar de dejarse llevar por los valores del Dios de la vida que dice que ésta “no consiste en la abundancia de los bienes que se poseen”. 

Hay idolatrías que practicamos casi inconscientemente como la idolatría de ver como prestigioso al hombre que se enriquece y tiene sus almacenes y cuentas corrientes llenas, ver como triunfadores a los que se dejan llevar por la idolatría del egoísmo, de la codicia que le ata las manos y le incapacita para compartir y solidarizarse con los excluidos de la tierra. Todo eso es una idolatría que separa de Dios de una forma radical. Esto no es algo típico de los evangélicos y se da igualmente, por desgracia, entre cristianos de otras confesiones religiosas. 

Hoy nadie denuncia en nuestras congregaciones al que acumula más de lo que necesita, nadie analiza si lo acumulado ha sido lícita o ilícitamente conseguido, nadie critica al que ha ganado muchos bienes que almacena insolidariamente para sí sin pensar que bíblicamente, la acumulación desmedida siempre es ilícita. 

Leed algunos de los ayes de los profetas. Levi's - Go Forth - DSC 0043 ep / Eric Parker (Flickr - CC BY-NC 2.0) Estos tipos de idolatrías son más perniciosas para los seres humanos que las idolatrías de ritos externos ante las imágenes de barro o leño. Atenta más duramente contra dignidad de las personas, contra la integridad física y psíquica de tantos seres humanos sumidos en la pobreza o en el mundo de los hambrientos… Unos mil millones de personas hambrientas en el mundo. 

La Biblia nos muestra sabiamente que lo sobrante de unos es la escasez de otros. Sí. Muchas idolatrías de hoy están montadas en el despojo de los pobres. Se podría pensar que cuando se aumentan los caudales de los ricos, pueden aumentar también el de los pobres o el de las clases medias que se han empobrecido con la crisis, pero no, no se da este hecho de que haya crecimiento de los caudales de los ricos, pero que los pobres también mejoren y que puedan vivir dignamente. 

Todos sabemos que muchas veces aumentan los caudales de los ricos y disminuyen las posibilidades de los pobres aumentando la brecha de la desigualdad. Ha pasado incluso con nuestra actual crisis en España. Tantas idolatrías en estas áreas muestran a un mundo desequilibrado, injusto y de acumuladores sin escrúpulos que son idolatrados incluso por los pobres de la tierra en su confusión, falta de información y de enseñanza. Sí. Estas idolatrías conforman toda una liturgia de muerte que incluso practican muchos religiosos. 

Una maldita liturgia idólatra contra la que hay que luchar en el nombre del Altísimo. Una liturgia que reduce a la infravida y al no ser de la marginación a más de media humanidad. Terrible escándalo, terrible idolatría, maldita liturgia inhumana. ¡Maldito pecado de omisión que tantas veces practicamos uniéndonos a las liturgias malditas! Tenemos que unirnos a las voces proféticas si queremos practicar o tener una espiritualidad cristiana en línea con los valores del Reino. No deberíamos tener miedo de dar los SOS necesarios para que los cristianos no cayeran en estas idolatrías indignas. No se puede servir a dos señores, no se puede servir al Dios de la vida y al dios de las riquezas. A ver si vamos a criticar las idolatrías de gestos externos y vamos a caer en otras idolatrías más profundas. ¡Líbranos, Dios nuestro, de toda idolatría!

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