lunes, 9 de mayo de 2016

El nuevo paradigma cristiano. Los pilares del nuevo paradigma.



Jesús Gil García- Comunidad de Balsas. Zaragoza

Estamos asistiendo a una época clave en nuestro mundo. Los descubrimientos científicos de la física cuántica, de la astronomía y de la arqueología en el siglo XX, y sobre todo en el siglo XXI, ponen en tela de juicio muchas de nuestras certezas consideradas como verdades absolutas. Estos descubrimientos están socavando los cimientos sobre los que se asentaban, y se asientan, los fundamentos de las religiones, y en concreto de la religión cristiana. Hoy ya no es razonable sostener muchas de las verdades de la institución religiosa. En el horizonte asoma un nuevo paradigma cristiano, acorde con los datos proporcionados por las ciencias. Se nos presenta un nuevo desafío de la ciencia a la fe, que se creía incombustible.

Por otra parte, la vuelta a los orígenes, propugnada por el concilio Vaticano II, e incentivada por el papa Francisco (“Cada vez que intentemos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual” EG 11), nos conduce al cristianismo originario, al movimiento de seguidores iniciado por Jesús de Nazaret. Es el paradigma fundacional del cristianismo. Ello conlleva prescindir de las adherencias impuestas a través de los siglos, ajenas al cristianismo originario.
Las novedades de la ciencia y el cristianismo originario constituyen los dos pilares en que se fundamenta al nuevo paradigma cristiano, más allá de la religión cristiana. ¿Cuáles son los interrogantes que estos pilares plantean a la fe? Este es el desafío que se nos plantea a los cristianos de hoy, que buscan con sinceridad la coherencia racional de su fe.

DESCRIPCIÓN DEL NUEVO PARADIGMA

El nuevo paradigma cristiano es un paradigma liberador. Es la aportación de la Teología de la Liberación. El cristianismo tiene que ver con la situación esclavizante de la sociedad en gran parte de la humanidad, sobre todo en el Tercer Mundo, pero también en el mundo más desarrollado. El nuevo paradigma opta por los pobres y se compromete en su liberación. La salvación que promete se llama liberación de toda opresión y esclavitud. Y ello a realizar no en el más allá, en el Reino de los cielos, sino a iniciarlo en este nuestro mundo, mediante el compromiso liberador de los seguidores de Jesús de Nazaret, contra toda forma de esclavitud y explotación.

Es también un paradigma moderno, no teista. La modernidad no acepta la imagen de un Dios en las alturas, que dirige desde los cielos el devenir del cosmos y de toda la humanidad. La ciencia rechaza la visión de los dos pisos, el de arriba lugar de estancia del Dios Omnipotente, y el de abajo donde vivimos los humanos y los demás seres del universo. Dios existe en la profundidad del ser, es la fuente de la vida y del amor.

Existe un solo piso, el cosmos, que avanza dirigido por la energía evolutiva cósmica hacia la plenitud de todos los seres y de todo el universo,
El nuevo paradigma es ecológico. A consecuencia de una lectura literal del Génesis el cristianismo ha defendido un exacerbado antropocentrismo, en el que el hombre ha sido el centro del universo. Todo ha girado en torno a su figura, llamado a dominar al resto de los seres y a toda la naturaleza. Esta visión cosmológica ya ha caído ante los nuevos conocimientos científicos. El universo ha sustituido al ser humano en su centralidad. El nuevo paradigma tiene como centro al cosmos, el universo en su totalidad, y no el hombre. La ecología nos enseña que todos los seres del universo están en relación y dependencia los unos de los otros. Todos los seres están conectados.

Existe una estrecha relación entre los organismos vivos y el ambiente en el que se desarrollan. El ser humano ha recibido la misión del cuidado del resto de los seres vivos y de la naturaleza en general. Su vocación es la cultura del cuidado.
Es además un paradigma pluralista. El cristianismo como religión no es la única existente en nuestro planeta. Existen muchas religiones en cuanto intentos humanos de acercarse a Dios. No es tampoco la única religión verdadera, fuera de la cual no exista la salvación. Es una más dentro del pluralismo religioso. Todas son verdaderas religiones. El exclusivismo religioso del cristianismo está fuera de lugar. El Dios con el que quieren relacionarse las religiones es el mismo en todas ellas, el fundamento del Ser, la fuente de la Vida y el origen del Amor.

El nuevo paradigma cristiano es un paradigma feminista, en el que varón y mujer tienen la misma categoría e importancia. Estamos acostumbrados a que el varón sea superior, por aquello de que la mujer ha sido creada de una costilla del varón, según el relato del Génesis. Pero este relato es mítico, no histórico, como la mayoría de los relatos bíblicos, tanto del Primer Testamento, como del Segundo. Las religiones son mayormente patriarcales, porque han nacido en culturas que han concedido prioridad al varón, por encima de la mujer, Por esto los intermediarios entre Dios y el ser humano son varones, también en el cristianismo. En la cultura moderna hay una tendencia clara a que la mujer tenga las mismas oportunidades que el varón y ocupe puestos de importancia igual que el varón, porque no hay superioridad del uno sobre la otra.

Es el nuevo paradigma pos-religional, más allá de la religión. La religión es producto del neolítico agrícola, pero no vivimos en una sociedad agrícola, ni siquiera industrial o pos-industrial. Hoy se las denomina como sociedades de conocimiento, de constantes cambios (M. Corbí). La religión ya no tiene cabida en estas sociedades. La espiritualidad a la que se aspira es laica, no religional. Está fundada en una ética humanista. Un ética que desarrolla los derechos y los valores humanos, y los que tiene la Naturaleza. El nuevo paradigma no se fundamenta en los mandamientos divinos, sino en la dignidad de la persona humana, en la construcción de una vida digna y justa para todas y todos. El nuevo paradigma no está dependiendo de una legislación que procede directamente del Dios en las alturas y legislador.

Es, finamente, un paradigma que tiene en cuenta la nueva arqueología. Nos referimos al nuevo paradigma surgido de los recientes descubrimientos arqueológicos sobre la antigüedad bíblica. Los últimos hallazgos han puesto en tela de juicio la historicidad de la mayoría de los relatos bíblicos. La Biblia no es un libro histórico, sino una gran metáfora. Los relatos mayoritariamente no son históricos, sino míticos, creados por autores humanos para enaltecer al pueblo judío y darle ánimos en tiempos de desaliento y zozobra. El quehacer al que nos lanza el presente paradigma es a la búsqueda del relato que subyace en el relato mítico. La nueva visión de la arqueología nos invita al descubrimiento de ese nuevo relato que se encuentra debajo del relato bíblico literal.

EL DESAFÍO DEL NUEVO PARADIGMA CRISTIANO

La descripción del nuevo paradigma cristiano implica un desafío a la fe cristiana en su formulación tradicional. La teología cristiana está fundamentada básicamente en los dogmas, en cuanto verdades absolutas, ausentes de un posible error. Pero estas verdades ya no se sostienen hoy en la modernidad, porque contradicen a la razón científica y exigen el milagro, como explicación de lo irracional. La ciencia nuevamente pone en aprietos a la fe. Lo evidente no puede estar supeditado a lo creíble. Todo ello supone un replanteamiento de la fe teniendo en cuenta los hallazgos científicos y la vuelta al cristianismo original, ausente de dogmas y verdades absolutas. El movimiento inicial del cristianismo está centrado fundamentalmente en el seguimiento de la persona y el mensaje de Jesús de Nazaret, y basado en el único mandamiento, el amor desinteresado y gratuito incluso a los enemigos. El mensaje del Reino de Dios que Jesús proclama es el anuncio de la liberación de toda esclavitud a los pobres, marginados y refugiados de nuestra sociedad. Un mensaje laico, la consecución de una sociedad digna y justa para todas y todos, en la que son iguales varón y mujer, fuera de todo dominio y autoridad, y en la que tenga vigencia la cultura del cuidado sobre todos los seres de la Naturaleza.

Mayo 2016

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