jueves, 1 de septiembre de 2016

Libros (de Noam Chomsky) para entender la manipulación.



Durante los últimos años una serie ha resaltado de entre otras para mostrarnos un lado (aunque a veces algo absurdo) torcido del mundo de la política. House of Cards llegó a nuestras pantallas como una historia sobre manipulación interpersonal basándose en los deseos y debilidades de las personas, así cómo una lección sobre mentiras entre gobernadores y pueblo. Frank Underwood (interpretado magistralmente por Kevin Spacey) se ha convertido incluso en una figura de control personal entre los seguidores; un modelo a seguir para “controlar a las ovejas”.

Esta forma de admiración y fanatismo hace que llegue la pregunta: ¿Por qué nos llama tanto la atención tener ese tipo de habilidades? Y ¿Por qué aunque sabemos que hemos sido engañados queremos aplicar esos conocimientos en otras personas? La mentira y manipulación es una obra personal, pero cuando se aplica a un medio masivo de comunicación, puede cambiar la mentalidad de las masas.

Un ejemplo algo simple de este tipo de manipulación y de manejo de la información lo podemos ver en “Gone Girl”, de David Fincher. El público que mira cómo se desarrolla el caso de la desaparición de la esposa de Nick Dunne, se apega a la información que se les ofrece conforme esta aparece, sin cuestionar por ningún momento el medio que les está dando esa pieza del rompecabezas. Esta visión del espectador va cambiando con cada nueva pieza y actitud que se va aplicando a la historia en la televisión. Así es como nosotros reaccionamos ante la información.

Noam Chomsky ha pasado bastante tiempo hablando sobre este tipo de manipulación en algunas de sus obras además de ser un experto en múltiples áreas distintas del conocimiento. El autor ha visto el papel de los medios como uno en el que refuerzan y consienten las políticas estatales mientras marginaliza las perspectivas contrarias. El resultado es un conflicto de interés que todo parecen evitar mirar, ya que si un individuo posee un medio, inmediatamente los intereses de esa persona se reflejarán en él. 

Este tipo de pensamiento e ideas son lo que lo han definido como una figura representativa en el mundo de la información y la comunicación. Chomsky parece comprender el funcionamiento del mundo y procura siempre entregar la verdad. Para el autor la mentira y la manipulación de información, personas y medios es lo que ha moldeado al mundo de la forma incorrecta. Por esto es un líder que a pesar de tener más de 100 libros publicados, con uno solo nos puede revelar algo a lo que hemos estado cegados por mucho tiempo.


“La quinta libertad” (1999)


“La democracia participativa presupone la capacidad de la gente normal para unir sus limitados recursos, para formar y desarrollar ideas y programas, incluirlos en la agenda política y actuar en su apoyo. En ausencia de recursos y estructuras organizativas que hagan posible esta actividad, la democracia se limita a la opción de escoger entre varios candidatos que representan los intereses de uno u otro grupo que tiene una base de poder independiente, localizada por lo general en la economía privada”.

En este título Chomsky hace referencia a las cuatro libertades que articuló Roosevelt cuando servía como presidente de Estados Unidos (de expresión, de credo, de deseo, de miedo), pero se centra en la quinta que el mandatario olvidó pronunciar: la de saquear y explotar. El analista comenta sobre cómo el país potencia suele preocuparse por esas cuatro libertades, siempre y cuando se vea amenazada la quinta. Es decir, mientras el país vea amenazada su propia voluntad de saquear y explotar el resto de las naciones o la propia, mantendrá como pilares los primeros cuatro para manipular la visión de sus propios ciudadanos.

“Lucha de clases” (1997)

“Quiénes son los guardianes de la historia? Los historiadores, naturalmente. Las clases educadas, en general. Parte de su trabajo es la de conformar nuestra visión del pasado de manera que sostenga los intereses del poder presente. Si no lo hacen así, serán probablemente marginados de una manera o de otra”
Con este análisis de una de las separaciones más claras de nuestra cultura mundial, Chomsky analiza la pérdida de los derechos sociales ante el mundo dominado por el capitalismo. Además de la percepción de cómo se relacionan las empresas con el terrorismo y distintos problemas en el mundo oriental. Establece como punto la importancia de la historia y cómo esta puede definir o cambiar la memoria colectiva hasta posicionar un tipo de “héroes y villanos” entre las políticas internacionales.


“Los guardianes de la libertad” (1986)


“Un sistema de propaganda consecuente presentará a las personas que han sido maltratadas en los estados enemigos como víctimas “dignas” de atención, mientras que aquellas tratadas con igual o mayor severidad por el propio gobierno o el gobierno de los estados clientes serán víctimas “indignas” de dicha atención”.

Relacionado con el título anterior pero centrado hacia los medios de comunicación, Chomsky hace un análisis junto a Edward S. Herman sobre cómo estos pueden crear una verdad oficial mediante su propia versión hacia sus espectadores. También comenta sobre cómo el conflicto de interés dentro de la información no importa cuando el manejo del dinero continúa su flujo, sin dejar de lado el cuestionamiento sobre la verdadera libertad de expresión.


“Cómo nos venden la moto” (2002)

“Las relaciones públicas constituyen una industria inmensa y desde siempre su cometido ha sido el de controlar la opinión pública, que es el mayor peligro al que se enfrentan las corporaciones”.
Co-escrito con Ignacio Ramonet, dentro de este título ambos explican el efecto de la propaganda sobre las personas a través del uso de medios, en este caso por los intereses políticos directo y los económicos. Con esto se refieren a que en caso de que , así como cualquier persona, una empresa se vea más inclinada hacia los ideales que “venda” algún partido, es obvio de que se verán en riesgo los intereses. Esto se encuentra como una amenaza. Entonces la idea de que existe una separación grande entre el gobierno y las empresas, es absolutamente una mentira.



“Ilusiones necesarias: Control del pensamiento en sociedades democráticas” (1989)



“La concentración de la propiedad en los medios es alta y va en aumento. Además, aquellos que ocupan posiciones altas en los medios, o que ganas estatus en ellos como comentadores, pertenecen a las mismas elites privilegiadas, y se esperará que compartan las percepciones, aspiraciones y actitudes de sus asociados, reflejando sus propios intereses de clase también. Es poco probable que los periodistas que entran a este sistema vayan subiendo a menos que se conformen a esas presiones ideológicas, generalmente internalizando esos valores”.
En otro análisis sobre el control de los medios, Chomsky comenta sobre el mismo sistema, no tanto sobre el exterior. Explica cómo crece la idea de una escalera en la que las personas desearán subir pero solo bajo un pensamiento que ha sido sembrado lentamente o forzado dentro de sus intereses; lo que va generando una especie de círculo de “escoger y desechar”.


“Entendiendo el poder” (2002)


“La meta es aprender a hacer trabajo creativo, y retar todo… La gente tiene que estar entrenada para la creatividad y la desobediencia, porque no hay otra forma en la que puedas hacer ciencia. Pero en las humanidades y ciencias sociales, y en campos como el periodismo y economía y demás… la gente tiene que estar entrenada para ser jefes, y controladores, y aceptar cosas, y no cuestionar demasiado”.
En esta colección de discusiones, el multidisciplinario habla sobre la mayoría de los temas de los que hemos hablado, más algunos comentarios importantes sobre la educación. Chomsky opina que todos merecemos estar preparados para cuestionar nuestro entorno, la manipulación funciona de mejor forma cuando las personas no hacen preguntas. Pero si el pueblo comienza a cambiar y a cuestionar, un nuevo mundo puede llegar.




A pesar de que en una entrevista reciente Chomsky dijo: “Si estuviera en el mainstream, comenzaría a preguntarme qué estoy haciendo mal”, creo que habría logrado parte de su cometido. No es sólo un analista, el autor busca informar a las personas y que ellas mismas comiencen a cuestionar su entorno, abrir los ojos hacia la información y verificar, y tratar de descubrir por si mismas si es verdad, o si es realidad su control y sus deseos.


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