jueves, 16 de febrero de 2017

África está superando la nueva esclavitud que le impone un déspota Occidente.


El pasado de ayuda y de despotismo, por parte de occidente hacia África, sigue causando todavía nuevas esclavitudes y sufrimiento, por el acaparamiento de tierras y recursos minerales, que los grandes poderes financieros imponen, incluso con violencia, a los pueblos africanos. Por desgracia, demasiados gobiernos y empresas africanas, actúan también de forma cómplice, corrupta y abusando de su propia gente.

Muchos gobiernos, (EEUU, UE y China), así como las empresas van a África, con piel de cordero, pero se comportan como lobos rapaces y crueles que causan violencia, hambre y enfermedades, privando a los pueblos locales de sus tierras, de sus recursos, de su dignidad y de su paz.

Para colmo, los poderes financieros, primero les roban los ricos recursos naturales, y luego les intentan compensar con ridículos regalos o ayudas, que delatan una falta total de respeto y de responsabilidad.


Todos somos cómplices, aunque buscamos aparecer como generosos samaritanos. Les obligamos a salir de sus países y luego les cerramos la entrada en los nuestros, dejándoles eso sí, junto al muro, unas cajas de comida, medicinas y algunas mantas.

Todos los medios e instituciones de ayuda humanitaria (ONG y Fundaciones) deben permanecer muy vigilantes para no ser cómplices de tanta opresión y esclavitud, causada por los poderosos, guardando a los pueblos que deseamos apoyar, en situación de permanente privación y dependencia.

Pero sabemos bien que el cambio no vendrá nunca de parte de los poderes políticos o financieros, porque lo único que saben y quieren hacer, es: seguir colonizando, saqueando y esclavizando a los pueblos emergentes, sobre todo en el rico continente africano.

El cambio para terminar con esta desastrosa esclavitud y feroz control de recursos, está llegando gradualmente de los mismos pueblos africanos esclavizados, que están tomando ya las riendas de su propio destino para fomentar un desarrollo más humano y sostenible.

Los poderosos, en todas partes y tiempos, solo saben dominar, controlar y esclavizar para su propio beneficio económico.

Las sociedades africanas se están organizando en diversos movimientos sociales y grupos que promueven una economía más colaborativa buscando el bien común y respetando la dignidad de las personas. El movimiento “Mjondolo” en Durban, Sudáfrica, así como los movimientos sociales en otros 23 países africanos, son un buen ejemplo de empoderamiento de las comunidades oprimidas, capaces de su propia liberación.

A través de la ayuda humanitaria, a veces nos creemos solidarios y generosos, cuando lo importante consiste en comprometerse para aislar a las grandes empresas y corruptos, y para potenciar movimientos y estructuras más justas junto con líderes más responsables.

Si solo nos quedamos en la ayuda, seguimos estando del lado de los opresores, haciéndonos cómplices con ellos. La ayuda continua y organizada, es como una extensión del colonialismo y del paternalismo de Europa hacia África.

Nos creemos que África y otros pueblos son incapaces de cuidarse a sí mismos. La ayuda en cierta manera suplanta la habilidad de los africanos para gestionar su propia vida y destino.

La colaboración que los países emergentes requieren, debe ser para mejorar las estructuras locales en la agricultura, industria y en todos los servicios sociales. Colaborar en proporcionales las oportunidades para mejorar su agricultura, pesca, minería y cuidado de la naturaleza.

Existen ya proyectos que los pueblos africanos están desarrollando, como la energía solar, reverdecimiento del Sahara, modernización de la agricultura y de la pesca, telecomunicaciones, etc.

Lo que África y todo el mundo necesita más urgentemente, son líderes más responsables e íntegros, oportunidades para trabajar y desarrollar el pais, junto con structuras más humanas y justas.

Podríamos llegar a una situación en la que sea África la que más aporta para alimentar al mundo, y no al revés. De hecho esto ya está ocurriendo en este momento y África es ahora mismo, el continente imprescindible.

Fuente: africafundación.org

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